Colegio Miraflores: ¿DEBEN LOS NIÑOS HACER DEBERES EN VERANO?

¿DEBEN LOS NIÑOS HACER DEBERES EN VERANO?

Con las ansiadas vacaciones, los niños sólo están pensando en jugar, dormir hasta tarde, bañarse en la piscina o el mar y por supuesto, divertirse sin ningún tipo de responsabilidades añadidas. Sin embargo, determinados sectores de la educación y asociaciones de padres defienden que sigan teniendo una pequeña rutina durante los meses estivales. Sostienen que necesitan seguir fijando conocimientos y conservar hábitos de estudio. Por otro lado, hay quien defiende que los niños tienen que descansar y coger fuerzas para el siguiente curso.

Los que se muestran a favor, defienden que se hagan tareas durante el verano. Ven un elemento positivo y de refuerzo en estos deberes:

  • Para los padres, los deberes escolares son un elemento necesario en la educación de los hijos, especialmente si estos refuerzan las materias instrumentales, lo que ha comprendido el alumno en el colegio, porque sólo así va a conseguir fijar y retener los conceptos que le han explicado previamente.
  • Hay que tener en cuenta que el estudio es una actividad que exige un trabajo continuado, y así hay que enseñarlo. Además, los deberes pueden ayudar a ir trabajando aspectos como ladisciplina, el orden, la constancia, el hábito de estudio, etc.
  • Hay que reforzar lo aprendido en clase, pero hay que conocer cuál es la carga adecuada a cada edad y adaptarlo a las características de cada alumno, porque sólo así se motiva al alumno y también a la familia.
  • La carga adecuada sería aquella que se centra exclusivamente en afianzar o complementar las tareas del curso, dedicándole al día, no un tiempo superior a 15 minutos para Infantil y unos 45min -1h hora diaria para Primaria,lo que se iría ampliando a medida que va aumentando el nivel educativo.
  • Lo fundamental es la coordinación entre los distintos profesores del trabajo a hacer en vacaciones.
  • Además, los deberes pueden ser también un momento de afianzar la identidad familiar, cuando padres e hijos trabajan conjuntamente, teniendo claro que no se trata de «hacerles los deberes», sino de caminar juntos en el desarrollo escolar y familiar de los hijos.

 

Por otra parte, tenemos a los que se muestran en contra, no creen que estos deberes sean necesarios. Es más, resaltan las consecuencias negativas que puede acarrear esta práctica y apela a los derechos de los niños para apoyar su tesis.

  • Con la llegada del fin de curso las familias nos disponemos a organizar el verano según nuestros propios horarios laborales y familiares, y también condicionadas por las recomendaciones (en algunos casos instrucciones) que recibimos por parte del profesorado de nuestros hijos e hijas, mediante un listado de tareas, lecturas, trabajos, escrituras, operaciones matemáticas, ortografía, cuadernos de verano…que deben cumplimentar y en algunas ocasiones entregar a principio del siguiente curso.
  • Mandar deberes para el verano, supone una práctica demasiado habitual, en ocasiones incluso a pesar de obtener unos buenos resultados académicos, y los argumentos que nos encontramos las familias son más que cuestionables ya que en ocasiones se pretenden justificar por las bajas calificaciones, a pesar de haber superado todas las asignaturas, apreciando que no se ha esforzado lo suficiente, y no merece disfrutar plenamente del verano, por lo que así no perderán el hábito al estudio, y serán más responsables y disciplinados.
  • También nos encontramos con el alumnado con asignaturas suspensas que se enfrenta a un verano de estudio en solitario, sin posibilidad de resolver dudas, salvo que pueda permitirse costear una academia o clases particulares, o bien que sus padres puedan ayudarles.
  • El alumnado español según la OMS dedica muchas horas al día a realizar deberesdurante el curso escolar y ha llamado la atención sobre los perjuicios que ello supone para su salud tanto física como mental, por la presión a la que se ven sometidos diariamente por esta causa.
  • La realización de deberes es un tiempo que debe destinarse al ocio personal, provoca agobio, cansancio, estrés, desmotivación frente al estudio, poco tiempo para jugar con los amigos, aislamiento respecto a la vida de su barrio.. etc.
  • Sin olvidar cómo influye de forma negativa en la relación familiar ya que se reduce de una forma importante el tiempo que se comparte en familia al pasar mucho tiempo solos en sus cuartos compartiendo poco más que las comidas y cenas, y condicionando los temas de conversación familiar que se reducen casi a una única frase que se repite frecuentemente con enfados: ¿has hecho los deberes?
  • Como sociedad avanzada, no debemos olvidar que el artículo 31 de la Convención Internacional del 20/11/1989 sobre los derechos del niño dice: «El niño tiene derecho al descanso, al esparcimiento, al juego, a las actividades recreativas propias de su edad y a participar libremente de la vida cultural y social…»

 

Y, ¿qué opinas tú al respecto?

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